A punto de empezar un nuevo curso de preparación de oposiciones de Gª e Hª. Un año más, un septiembre más... Curso 2018-2019, pero con la vista puesta en el 2019-2020 y los exámenes del verano de 2020. La convocatoria de 2020 superará a la del 2018 según las previsiones, así que hay que ponerse las pilas para no perder ese tren que, casi con completa seguridad, será de los últimos que podamos coger con condiciones similares a las actuales (mismo temario, mismo sistema, misma parte oral...). Es, por esto mismo, que entiendo que iniciamos ahora un curso que tiene mucho de especial...
Aunque la mayoría de los opositores matriculados son nuevos, también hay antiguos alumnos que, conociendo ya la preparación P&A, han decidido no enfriarse, seguir estudiando y pulir todo su trabajo anterior para ir adelantando tareas de cara a 2020. Por esa misma razón, he introducido algunas novedades en las clases, pensando sobre todo en ellos... Al no ser año de oposiciones en secundaria, este curso 2018-2019 nos va a permitir ir más despacio, evitando el estrés y poder así disfrutar aún más de la docencia y la discencia, cada uno de lo suyo y todos de lo de los demás. Y, además, quiero establecer cauces de comunicación alternativos a los habituales en el aula con todos estos opositores, cosa factible y deseable. La verdad es que estos cursos sin la presión del inminente examen permiten hacer más cosas y de forma más creativa.
Empecé a preparar las clases de este nuevo curso a principios de septiembre y, tras quince días de reflexión, pruebas y ensayos, ideas desechadas y otras aprobadas, hoy ya tengo claro y decidido todo lo que voy a hacer con estos alumnos míos a los que me gusta llamar "mis opositores". He realizado cambios en la dinámica de clase que utilicé el curso pasado, la he simplificado... Y también he sustituido algunas tareas por otras, aunque la esencia sigue siendo la misma: la marca P&A.
Tras la presentación de la sesión correspondiente, vamos a trabajar el perfil del opositor de éxito a través de reflexiones sobre la inteligencia emocional que he llamado: Dar rienda suelta a... He dejado descansar el coaching de años pasados, le he dado vacaciones. Pero he aprendido -mejor, me han enseñado- algunas cosas nuevas este verano, las he interiorizado y practicado, las he, finalmente, organizado y dado forma, y me gustaría compartirlas con todos mis opositores. No sólo se trata de motivar e inspirar, sino fundamentalmente de generar expectativas de superación y disciplina, fuerza de voluntad y responsabilidad. No hay fruto sin esfuerzo, eso lo sabemos todos. O deberíamos saberlo... Pero no sólo se trata del esfuerzo. Se trata sobre todo de auténtica conexión con el proceso. Estoy abierto a hablar de todo esto, además de en clase, en el despacho con cada uno de ellos.
Creo que es necesario recuperar algo que llevo dos cursos sin hacer. Me refiero a incidir en las recomendaciones y sugerencias de cada uno de los temas. Dejando a un lado esto tan manido de "si el tema es competitivo o no lo es" (el que es "competitivo" es el opositor; no hay tema malo para un opositor suficientemente preparado, ni práctica, ni programación, ni unidad didáctica...), he llegado a la convicción de que una mayoría de los opositores necesita argumentos para decidir de forma consecuente si escoge o no un tema para su preparación. Y en qué consiste esa "preparación" concreta. Insisto una vez más en que no se trata de estudiar un tema (leerlo, subrayarlo, resumirlo y redactarlo), se trata de personalizarlo, hacerlo tuyo y darle un matiz personal que logre convencer al tribunal de que dicho tema merece una nota alta... Y para eso no hay herramienta más útil que ser capaz de hacer una redacción convincente en base a unos argumentos bien comprendidos y desarrollados a través de los datos pertinentes. ¡Cuántas veces me habrán oído los opositores decir eso de "menos descripción y más explicación y reflexión"!
En relación con lo anterior, mantengo el Método Bosque (MB), aunque he convertido el antiguo Magisterium en algo más versátil y ligero: el Diserto. Voy a hacer breves disertaciones de cada tema para destacar la lógica interna de cada uno. Para ello utilizaré una red de preguntas cuyas respuestas harán posible levantar el hilo argumental del tema. Y los puntales de cada argumento será, no puede ser de otro modo, la bibliografía seleccionada para ello. Las preguntas y las respuestas son cosa mía, qué nadie se preocupe.
Seguimos con el Método Aprender Haciendo Abierto (MAHA) que tantos éxitos nos proporcionó el curso pasado, pues con él vimos dos de las seis prácticas del examen de 2018: la pintura de Zabaleta y la pirámide demográfica de España. Vamos a hacer 36 prácticas inéditas e importantes con este método. Pero voy a plantear una pequeña modificación: la identificación y el análisis del documento se hará como siempre, de forma detallada y completa, pero el comentario y la conclusión lo voy a plantear de otro modo... Por supuesto que seguiremos construyendo el comentario a través de dos o tres argumentos complementarios y la conclusión a través de una bibliografía específica, esto no va a cambiar... Me refiero a mi forma de exponerlo: quiero explicar más para que tengáis que escribir menos...
Además de trabajar los documentos con el MAHA, lo haremos con nuestro clásico Prácticas Imprescindibles (PI). De la colección de miles de documentos que aportamos en las clases, este curso he decidido sacar a pasear algunos que, aunque están incluidos en la colección, no los hemos trabajado en el aula hasta el momento. Alternaremos, así, algunos viejos amigos con otros nuevos conocidos. La lista de prácticas con posibilidades de formar parte del examen que aporté a final del último curso sufre ahora modificaciones y eso hay que trabajarlo bien para garantizar el éxito en 2020. Con estas PI trabajamos en clase el resto de las prácticas que formaron parte del examen 2018: el Descendimiento de Rogier van der Weyden, el texto sobre la coronación de Carlomagno, el climograma almeriense de Cabo de Gata y las alianzas de los Sistemas Bismarckianos. Me siento muy orgulloso de haber sido el único preparador de Andalucía que trabajo en clase el 100% de las prácticas de la convocatoria 2018. Ese es mi triunfo. El vuestro, las notas obtenidas. El mío, acertar, enseñar y teneros en mi aula.
Por último, la programación y unidades didácticas. Seguiremos trabajando el nuevo modelo del curso pasado al que le haremos algunas mejoras. Voy a presentaros varias posibilidades para que cada opositor se adapte a la que vaya mejor con su personalidad. El modelo 2018 se abrirá y permitirá a cada uno coger el sendero que más le convenga. Así, os daré a elegir un modelo más complejo y otro más básico. Y, entre ambos, todas sus posibles variantes. Estableceremos más diferencias entre los modelos de programaciones para ESO y bachillerato. Creo que es necesario que todo el mundo se encuentre lo más cómodo posible con su programación. Y lo mismo con las unidades didácticas... He diseñado también un modelo nuevo de unidad alternativo al del pasado curso. Así podréis elegir entre uno de estos dos o dejarse inspirar por ambos y sacar el vuestro propio. Os voy a sugerir una nueva redacción de las 60 páginas y un nuevo diseño más completo y vistoso. Y vamos a diseñar también los materiales auxiliares del anexo que complementarán todo el trabajo. Por último, los discursos para la defensa de la programación y la exposición de las unidades también sufrirán cambios, lo cual es obvio debido las mejoras previstas.
También quiero organizar un grupo de oratoria de forma paralela pero independiente de las clases, aunque esto está aún por determinar. Simplemente lo avanzo.
En fin, muchas novedades. Mucha ilusión. Muchas ganas. Mucho trabajo. Muchas esperanzas de éxito para 2020. El que yo deseo para mí no es distinto del que deseo para cada uno de mis opositores.
Lo dicho... ¡Al lío! ¡Tonto el último!
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