¿Qué es Propósito & Acción?


De poco sirve tener una IDEA si no la pones en PRÁCTICA. De nada sirve marcarte un OBJETIVO si no haces el TRABAJO que lo convierte en realidad. Pero lo más importante es tener clara tu META y trazar una hoja de ruta que se ajuste a tus NECESIDADES. Precisarás ORIENTACIÓN FORMATIVA para recorrer el camino, MOTIVACIÓN que te impulse hacia adelante y ASESORAMIENTO PERSONAL para sacar lo mejor de ti mismo.

Ese es el PROPÓSITO, pasemos ahora a la ACCIÓN.



54 manzanas P&A sacaron plaza en las oposiciones 2018

18 septiembre 2018

Curso 2018-2019 y convocatoria 2020. ¡Tonto el último!

A punto de empezar un nuevo curso de preparación de oposiciones de Gª e Hª. Un año más, un septiembre más... Curso 2018-2019, pero con la vista puesta en el 2019-2020 y los exámenes del verano de 2020. La convocatoria de 2020 superará a la del 2018 según las previsiones, así que hay que ponerse las pilas para no perder ese tren que, casi con completa seguridad, será de los últimos que podamos coger con condiciones similares a las actuales (mismo temario, mismo sistema, misma parte oral...). Es, por esto mismo, que entiendo que iniciamos ahora un curso que tiene mucho de especial... 

Aunque la mayoría de los opositores matriculados son nuevos, también hay antiguos alumnos que, conociendo ya la preparación P&A, han decidido no enfriarse, seguir estudiando y pulir todo su trabajo anterior para ir adelantando tareas de cara a 2020. Por esa misma razón, he introducido algunas novedades en las clases, pensando sobre todo en ellos... Al no ser año de oposiciones en secundaria, este curso 2018-2019 nos va a permitir ir más despacio, evitando el estrés y poder así disfrutar aún más de la docencia y la discencia, cada uno de lo suyo y todos de lo de los demás. Y, además, quiero establecer cauces de comunicación alternativos a los habituales en el aula con todos estos opositores, cosa factible y deseable. La verdad es que estos cursos sin la presión del inminente examen permiten hacer más cosas y de forma más creativa.

Empecé a preparar las clases de este nuevo curso a principios de septiembre y, tras quince días de reflexión, pruebas y ensayos, ideas desechadas y otras aprobadas, hoy ya tengo claro y decidido todo lo que voy a hacer con estos alumnos míos a los que me gusta llamar "mis opositores". He realizado cambios en la dinámica de clase que utilicé el curso pasado, la he simplificado... Y también he sustituido algunas tareas por otras, aunque la esencia sigue siendo la misma: la marca P&A.

Tras la presentación de la sesión correspondiente, vamos a trabajar el perfil del opositor de éxito a través de reflexiones sobre la inteligencia emocional que he llamado: Dar rienda suelta a... He dejado descansar el coaching de años pasados, le he dado vacaciones. Pero he aprendido -mejor, me han enseñado- algunas cosas nuevas este verano, las he interiorizado y practicado, las he, finalmente, organizado y dado forma, y me gustaría compartirlas con todos mis opositores. No sólo se trata de motivar e inspirar, sino fundamentalmente de generar expectativas de superación y disciplina, fuerza de voluntad y responsabilidad. No hay fruto sin esfuerzo, eso lo sabemos todos. O deberíamos saberlo... Pero no sólo se trata del esfuerzo. Se trata sobre todo de auténtica conexión con el proceso. Estoy abierto a hablar de todo esto, además de en clase, en el despacho con cada uno de ellos. 



Creo que es necesario recuperar algo que llevo dos cursos sin hacer. Me refiero a incidir en las recomendaciones y sugerencias de cada uno de los temas. Dejando a un lado esto tan manido de "si el tema es competitivo o no lo es" (el que es "competitivo" es el opositor; no hay tema malo para un opositor suficientemente preparado, ni práctica, ni programación, ni unidad didáctica...), he llegado a la convicción de que una mayoría de los opositores necesita argumentos para decidir de forma consecuente si escoge o no un tema para su preparación. Y en qué consiste esa "preparación" concreta. Insisto una vez más en que no se trata de estudiar un tema (leerlo, subrayarlo, resumirlo y redactarlo), se trata de personalizarlo, hacerlo tuyo y darle un matiz personal que logre convencer al tribunal de que dicho tema merece una nota alta... Y para eso no hay herramienta más útil que ser capaz de hacer una redacción convincente en base a unos argumentos bien comprendidos y desarrollados a través de los datos pertinentes. ¡Cuántas veces me habrán oído los opositores decir eso de "menos descripción y más explicación y reflexión"! 

En relación con lo anterior, mantengo el Método Bosque (MB), aunque he convertido el antiguo Magisterium en algo más versátil y ligero: el Diserto. Voy a hacer breves disertaciones de cada tema para destacar la lógica interna de cada uno. Para ello utilizaré una red de preguntas cuyas respuestas harán posible levantar el hilo argumental del tema. Y los puntales de cada argumento será, no puede ser de otro modo, la bibliografía seleccionada para ello. Las preguntas y las respuestas son cosa mía, qué nadie se preocupe. 



Seguimos con el Método Aprender Haciendo Abierto (MAHA) que tantos éxitos nos proporcionó el curso pasado, pues con él vimos dos de las seis prácticas del examen de 2018: la pintura de Zabaleta y la pirámide demográfica de España. Vamos a hacer 36 prácticas inéditas e importantes con este método. Pero voy a plantear una pequeña modificación: la identificación y el análisis del documento se hará como siempre, de forma detallada y completa, pero el comentario y la conclusión lo voy a plantear de otro modo... Por supuesto que seguiremos construyendo el comentario a través de dos o tres argumentos complementarios y la conclusión a través de una bibliografía específica, esto no va a cambiar... Me refiero a mi forma de exponerlo: quiero explicar más para que tengáis que escribir menos... 



Además de trabajar los documentos con el MAHA, lo haremos con nuestro clásico Prácticas Imprescindibles (PI). De la colección de miles de documentos que aportamos en las clases, este curso he decidido sacar a pasear algunos que, aunque están incluidos en la colección, no los hemos trabajado en el aula hasta el momento. Alternaremos, así, algunos viejos amigos con otros nuevos conocidos. La lista de prácticas con posibilidades de formar parte del examen que aporté a final del último curso sufre ahora modificaciones y eso hay que trabajarlo bien para garantizar el éxito en 2020. Con estas PI trabajamos en clase el resto de las prácticas que formaron parte del examen 2018: el Descendimiento de Rogier van der Weyden, el texto sobre la coronación de Carlomagno, el climograma almeriense de Cabo de Gata y las alianzas de los Sistemas Bismarckianos. Me siento muy orgulloso de haber sido el único preparador de Andalucía que trabajo en clase el 100% de las prácticas de la convocatoria 2018. Ese es mi triunfo. El vuestro, las notas obtenidas. El mío, acertar, enseñar y teneros en mi aula.  

Por último, la programación y unidades didácticas. Seguiremos trabajando el nuevo modelo del curso pasado al que le haremos algunas mejoras. Voy a presentaros varias posibilidades para que cada opositor se adapte a la que vaya mejor con su personalidad. El modelo 2018 se abrirá y permitirá a cada uno coger el sendero que más le convenga. Así, os daré a elegir un modelo más complejo y otro más básico. Y, entre ambos, todas sus posibles variantes. Estableceremos más diferencias entre los modelos de programaciones para ESO y bachillerato. Creo que es necesario que todo el mundo se encuentre lo más cómodo posible con su programación. Y lo mismo con las unidades didácticas... He diseñado también un modelo nuevo de unidad alternativo al del pasado curso. Así podréis elegir entre uno de estos dos o dejarse inspirar por ambos y sacar el vuestro propio. Os voy a sugerir una nueva redacción de las 60 páginas y un nuevo diseño más completo y vistoso. Y vamos a diseñar también los materiales auxiliares del anexo que complementarán todo el trabajo. Por último, los discursos para la defensa de la programación y la exposición de las unidades también sufrirán cambios, lo cual es obvio debido las mejoras previstas. 

También quiero organizar un grupo de oratoria de forma paralela pero independiente de las clases, aunque esto está aún por determinar. Simplemente lo avanzo.

En fin, muchas novedades. Mucha ilusión. Muchas ganas. Mucho trabajo. Muchas esperanzas de éxito para 2020. El que yo deseo para mí no es distinto del que deseo para cada uno de mis opositores. 

Lo dicho... ¡Al lío! ¡Tonto el último!

  


14 septiembre 2018

Balance y resultados: 54 nuevos funcionarios P&A

Dicen que es bueno hacer balance de lo anterior antes de empezar una nueva etapa. Dicen que sólo asumiendo los errores y los aciertos puede uno extraer las enseñanzas de lo vivido y aprovecharlas para lo que está por venir. Algunos llaman a esto "autoevaluación". Bueno, pues vamos a ello...

El pasado curso 2017-2018 fue un poco más que intenso. Hubo que echar el resto y se echó... Treinta y siete sesiones en las que dejarse la piel, exprimiendo al máximo los conocimientos y las capacidades que uno tiene para dar las mejores clases posibles. Y creo, sinceramente, que no estuvieron mal. Conté, en esto de la preparación, con el auxilio y la guía de treinta y siete maestros incuestionables que, saludándonos en cada sesión (Salve, discipulus), nos invitaron de seguido a  trabajar con ilusión... Charles Baudelaire nos aconsejó que fuéramos poco a poco, y bien estuvo el consejo para así poder entender que nos querían decir la señora Dove y el señor Chips sobre cuál es el método más idóneo para prepararse las oposiciones (Primo Contacto). También, Marc Chagall nos avisó de que no triunfa el que sólo utiliza la cabeza, olvidando el corazón. Y corazón le pusimos cuando, entre tema y práctica, logramos hacer un hueco para recomendar decenas de películas y documentales que podrían hacer más fácil asimilar tanto y tanto conocimiento (Theatrum). Luego, el bueno de Mahatma Gandhi vino en nuestra ayuda recordándonos que siempre hace falta un buen método (Modum) para llegar al logro, y que éste se consigue cumpliendo sus diferentes etapas, etapas a las que yo bauticé con toda una serie de latinajos (Inventio, dispositio y scribo para el examen escrito; Elocutiomemoria y actio para el oral).  

El mes de octubre fue recibido por el genio de Víctor Hugo: "¡Llega el tiempo!", exclamó, mesándose su barba de sabio. Y le hicimos caso, empezando ya a estudiar en serio con el Método Bosque (Studium). Pero fue Steve Jobs el que nos previno sobre lo más importante de las oposiciones: "Hay que dejar huella". Y por eso empezamos a ver cómo podríamos personalizar los temas (Magisterium). Para nuestro apoyo en esta tarea, Benjamín Franklin nos dio seis herramientas que utilizamos en cada clase y que debían prepararnos para el éxito (Exordium, narratio, divisio, confirmatio, peroratio y refutatio). Todo parecía suficiente para triunfar hasta que un buen día apareció en el aula mi admiradísimo Charles Dickens para recordarnos que debemos aprender del error... Las prácticas (Exercitias) las trabajamos a través de distintos métodos: el MAHA o Método Aprender Haciendo Abierto, en el que se enseñoreó Zabaleta o la pirámide demográfica de España, y las Prácticas Imprescindibles, palestra en la que preparamos el texto sobre la coronación de Carlomagno, el Descendimiento de Rogier van der Weyden, el climograma almeriense de Cabo de Gata y las alianzas de los Sistemas Bismarckianos durante la Paz Armada... Trabajar en clase las seis prácticas del examen fue posible gracias a Og Mandino, que nos habló del ánimo y el logro (Og nunca abandona a sus seguidores).

Henry David Thoreau salió del bosque donde se había retirado para augurar nuestro triunfo, aunque nos recomendó para ello que en clase trabajáramos también la bibliografía de los temas (Bibliothecam). Y con todas estas enseñanzas de tan doctos asesores, fuimos avanzando a pesar del yo y las circunstancias de Napoleón Bonaparte... Inolvidable fue el paso por el aula de tantos y tantos prohombres que a saludarnos vinieron: Walt Disney nos aconsejó soñar de vez en cuando, y Albert Einstein nos enseñó a fortalecer la voluntad. Pero fue Henry Ford el que nos habló de la importancia de creer en uno mismo. Y por ello, cuando San Francisco de Asís nos visitó, todos comprendimos que, como él, nosotros también eramos capaces de hacer lo imposible... Abraham Lincoln nos exigió resolución, y Nelson Mandela nos obligó a copiar cien veces "Todo parece imposible hasta que se hace". Para ello nos fue de suma utilidad la disciplina en la que nos aleccionó el pillo de Truman Capote... De este modo, poco a poco, fueron las sesiones pasando y cada vez estábamos más cerca de, como nos explicó Marie Curie, poder cumplir nuestra misión. Decididísimos, seguimos a Bruce Lee que prometió llevarnos hacia la meta si aprendíamos un par de sus llaves. Y, cada vez que desfallecíamos en la carrera, Joachim Murat nos pedía un último esfuerzo. Pero, de todos ellos, y todos mis opositores lo recordaréis, ¡qué grande fue el día en que Goethe nos enseñó que es el aire el que hace al águila!

Ensimismados con el alemán y sus consejos, no nos dimos cuenta de la llegada de Oprah Winfrey. Con su habitual energía nos regaló su secreto: "Hacer para hacer cada vez mejor". Entonces, absorbidos por su extraordinaria presencia, sonaron los tambores y nos avisaron de que el mismísimo Platón había salido de la caverna y, muy decidido, a enseñarnos lo siguiente vino: "El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas; y los sentimientos, los caballos". Esto marcó un hito... Después, aún no recuperados de tanta sabiduría griega, con su puro en la boca y un semblante risueño, Winston Churchill nos habló de qué les ocurre a los pesimistas y qué cosa muy distinta a los optimistas (Mens sana), prédica de la inteligencia emocional que veníamos trabajando desde septiembre. Aún así, ya por entonces, asomaba la primavera y sus ensueños, y toda la oposición pesaba mucho. A un lado del camino, algunos opositores parecían caer de puro cansancio. Así que llamé a Aldous Huxley que, desde su mundo feliz, nos invitó a amar la obligación... Casi todos le hicisteis caso, aunque hubo quien no, cayendo por el precipicio del desánimo y el para qué... Por eso, a recogerlo fue Charles Chaplin: "No encontrarás un arcoíris si miras hacia abajo", dijo Charlot. Y como caso hizo, hoy ya no es opositor, que su plaza ganó.

Desde principios de curso trabajamos la programación (Discite docere), pero llegó el momento de convertirla en una gran exposición. Martin Luther King nos animó a plantar el huerto, y Livingstone nos conminó a avanzar siempre hacia delante. Entre estándares de aprendizaje evaluables y competencias clave, Ortega y Gasset, luminaria de España, nos invitó al restaurante: "Algunas personas enfocan su vida de modo que viven con entremeses y guarniciones; el plato principal nunca lo conocen", nos dijo. ¡Cómo es usted, don José! Tras la abundante comida, en la sobremesa, William Shakespeare nos recitó versos sobre el paso del tiempo, y Benjamín Disraeli nos recordó que hay que saber siempre aprovechar la ocasión... Llegó el momento entonces de hablar de lo que siempre está presente: la suerte. ¡Ay, la suerte! Esa sombra que sobrevuela la cabeza del opositor... Y fue Isaac Asimov el que nos enseño que "la suerte sólo favorece a la mente preparada". Por ello, Jacinto Benavente nos previno de que "no conviene esperar a la casualidad", Miguel de Cervantes, Príncipe de los Ingenios, nos hizo repetir aquello de: "Cada uno es el artífice de su ventura", y nuestro Federico García Lorca nos dijo, mientras pasaba su mano por los verdes trigales, que la suerte vendría a quien menos la esperara... Llevábamos algún tiempo repasando las prácticas más importante (Memento), cuando, de pronto, fue Schopenhauer el que nos anunció a todos que en breve comenzaría la partida. Todo fue un puro ajetreo y se sucedieron las últimas orientaciones y sugerencias (Notitia et imperium). Antes de que pudiéramos darnos cuenta, el gran Julio César pronunció las temidas palabras: "Alea iacta est". 



Finalizada la sesión nº 37, nos despedimos todos. Yo os di mi bendición (Benediximus): "Todo esta listo ya... Terminad el trabajo pendiente y confiad en vosotros mismos... Manteneos erguidos y fuertes, resistentes pero flexibles... Así lograréis el triunfo". Y todo esto es lo que pasó desde principios de septiembre de 2017 a mediados de junio de 2018. Al poco, llegó el día del examen... Lo demás ya va siendo historia.

Cincuenta y cuatro de mis opositores, ahora funcionarios, ganaron gracias a su esfuerzo su plaza. Otros muchos aprobaron los exámenes, con notas altas, medias o incluso bajas, aunque sin obtener la deseada medalla. Y es que esto de las oposiciones es algo así como las Olimpiadas: por suerte todos participan; por desgracia, sólo algunos ganan. Pero dentro de dos años se repite la jugada. Y aquí, a mi casa, ya llega la nueva hornada... Me gustaría explicaros que voy a hacer este curso 2018-2019, pero eso será otra entrada.

13 septiembre 2018

¡Levántate y anda!

La última entrada que escribí en este blog fue el 19 de septiembre de 2016 y se la dediqué a uno de mis más queridos opositores que sacó entonces su plaza. Después la vida me arrastró hasta otros mares de frases hilvanadas y otros puertos donde atracar los sentimientos, sitios en los que di rienda suelta a mi incontinencia expresiva. No cerré el blog pero sí las doscientas veinticinco entradas escritas en él desde el 1 de septiembre de 2012. Consideré entonces que ya había cumplido su función, la de mostrarme. Y así pasaron dos años... Lo eché de menos a menudo, ¡claro que sí!, pero el día a día me llevaba de aquí para allá y nunca fui capaz de abrirlo y volver a escribir en él... Me resistía a ello, como si fuera volver a andar los pasos andados. Y, además, ¿de qué iba a escribir? Agotado, así lo consideré desde entonces. 

Pero nada más llegué de Roma a principios de mes, en pleno paseo nocturno por la playa de mis veranos, mirando al Atlántico y sus olas, recordé todo lo que durante tanto tiempo éste fue para mí en las largas jornadas de trabajo en el despacho... Y volví a sentir el vértigo de su pantalla en blanco, la semipenumbra en la que me envuelvo cuando escribo se me presentó como la noche de aquel día, y el haz de luz del foco sobre el teclado se disfrazó de la redonda luna... El blog. 

Varios días después, ya en Sevilla, cuando reabrí la celda del despacho, el hambre de blog se apoderó de mí... Como el que se acerca a una capilla en la que los santos son las letras enlazadas, lo abrí y allí estaba él, esperando a que le quitara los cerrojos y limpiara sus líneas ya muertas. ¡Qué alegría! Y qué tristeza también. ¡Cuántas publicaciones aún hoy plenas de sentido! Y cuántas otras obsoletas y desmerecidas... Leí y leí, y así me dio la duodécima hora. Abrí las persianas para que la oscura noche de septiembre me iluminara. Y de este modo, rodeado de luz azul, me propuse resucitarlo. ¡Levántate y anda!, le dije, como si de Lázaro de Betania se tratara. Pero yo no soy el Señor, aunque comparta con él su nombre, y si quiero que el blog vuelva a la vida tendré que insuflársela volcando en él lo que de mi cabeza rebose.   

¡Qué año más especial este que se aproxima a su recta final! Se anuncia ya el equinoccio y la caricia templada del otoño nos llama a capítulo. ¡Cuánto me cambió la vida en estos meses pasados! ¡Cuánto ha de cambiar aún hasta llevarme al solaz ansiado! Y qué mejor compañero de viaje que este desahogo escrito por el que dejo escapar todo lo que en mi ya no cabe, lo que, expresándolo, ordena mi mente, sacándolo de ella, para, una vez recompuesto y ordenado, nuevo y de ideas alimentado, luego volver como el hijo pródigo, redimido por el castigo del amor enamorado. Y es que por dos fuerzas femeninas, mi cuerpo es estirado. Una, la señora del Tíber, con sus fiestas, sus gloriosos atardeceres, sus obras de arte, sus libros ofrecidos por próceres; otra, la del Guadalquivir, con sus olores y sus amores, sus quehaceres y callejones, sus vírgenes y sus santos señores. Roto en dos tendré que andar el camino. Y doy por cierto que lágrimas y desconcierto serán acompañantes y amigos. Dispuesto a echarme a andar y a derramarme a menudo, encuentro que este blog debe ser de estos meses mi testigo. Y a ello me dirijo.